Existió hace algún tiempo, un ogro siempre contento
A todos desorientaba, pues todo el día cantaba
Las personas no entendían. Muchas preguntas se hacían
“¿Han visto que no nos grita? ¿Notan que nunca se irrita?”
“ Un ogro tan singular, seguro no es de fiar”
¡Algún día atacará! ¡Sin dudas, eso hará!
¡Por las dudas desconfiemos! ¡Seguro, eso haremos!
Y solito lo dejaron y lo hicieron a un costado
El ogro entristecido, no encontraba el motivo
para tanta desconfianza, más no perdió la esperanza
Era bueno y sonriente ¿lo entendería la gente?
Y como no se enojó, su esfuerzo redobló
Empezó así un intercambio, que se daba casi a diario
A quien lo no lo saludaba, su sonrisa regalaba
Al que no le sonreía, una flor él le ofrecía
¿Gestos pocos amigables? ¡Caramelos masticables!
Los días fueron pasando y la gente fue cambiando
Por fin todos entendieron el error que cometieron
Juzgaron por condición, sin mirar su corazón
Aprendieron la lección y crecieron un montón
Y se hicieron muy amigos, el buen ogro y sus vecinos
Fin

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